“El cuadro del mañana” nos traslada a un horizonte de montañas nevadas que emergen bajo un cielo vibrante y expectante. La obra juega con los contrastes entre las cumbres blancas y el azul profundo del cielo, como una metáfora visual del tránsito entre el presente y el futuro, entre lo vivido y lo que está por llegar.

Técnica y estilo:
Acrílico sobre lienzo con espátula, generando texturas gruesas y capas superpuestas que refuerzan el volumen de las montañas. La obra se encuadra dentro del expresionismo paisajístico, utilizando gamas frías y acentos cálidos para crear un juego de tensiones y equilibrios.

Impacto emocional:
Invita a la reflexión y la proyección personal hacia lo que está por venir. Transmite calma, esperanza y el impulso de avanzar, con la serenidad que ofrecen los paisajes inmutables y la belleza de un amanecer eterno.